Un aspecto fundamental de la decoración, son los cuadros.
Cada habitación tiene un estilo diferente, por lo que los cuadros también variarán en función de esto.
Primero que nada, debemos observar en qué lugares colocaríamos cuadros.
Una pared amplia, con grandes espacios vacíos, es una buena opción para completar con un cuadro. Luego,debemos fijarnos de qué tamaño debería ser. Debe ser acorde a la cantidad de espacio libre que hay en esa pared.
Si es una pared libre muy grande, el cuadro también deberá serlo, sino quedará perdido. Podemos optar también por colocar un juego de cuadros más pequeños. La idea tampoco es la de recargar las paredes.
Si es una pared libre muy grande, el cuadro también deberá serlo, sino quedará perdido. Podemos optar también por colocar un juego de cuadros más pequeños. La idea tampoco es la de recargar las paredes.
Por otra parte, debemos mirar la habitación en su totalidad: los muebles, el resto de los decorados, las cortinas, la lámpara, el color de las paredes. Observar qué estilo siguen, y qué colores predominan.
Si los sillones son rojos, por ejemplo y las cortinas también, puedes elegir un cuadro que tenga algo de estos colores.
Puede ser que sea una habitación muy homogénea en colores, por ejemplo, todo beige. Un cuadro puede dar un realce a esta habitación, incorporando uno que tenga un color llamativo y fuerte, que contraste con el resto de la decoración.
Si todos los muebles son muy oscuros, podemos elegir un cuadro en tonos más suaves, con colores pálidos.